Estaba en los planes de fin de año de 2019. Ya lo teníamos agendado. El 15 de julio de 2020 nos íbamos a ver en Hungría. A Pearl Jam le tocaba presentar Gigaton, su más reciente álbum, en La Arena de Budapest. Y yo, aparte de ir a verlos por primera vez, aprovecharía para darle uso a mi pasaporte húngaro y conocería el Danubio.

Todavía no se había terminado marzo cuando la pandemia obligó a cambiar todos los planes. Eddie Vedder no salió de gira por Europa, tuvo que quedarse en Seattle haciendo canciones desde su casa, y a mí me tocó escucharlo echado en la cama durante mi confinamiento en Caracas.

Dudo que en el planeta Tierra haya una especie con mayor capacidad de adaptación que la humana. Sin importar las condiciones, nos las ingeniamos y llegamos hasta cualquier rincón del mundo que nos proponemos. No es mentira cuando afirmamos que lo hemos conquistado. En esto nos parecemos al virus. Los humanos estamos en todos lados y, la mayoría de las veces, haciendo daño. Gracias a nuestro cerebro, a través de la ciencia, la religión o las costumbres heredadas, siempre conseguimos la manera de sobrevivir.

El año pasado, sin previo aviso, todo cambió y descubrimos que el confinamiento, entre tantas otras cosas que se han probado, es uno de los métodos más efectivos para evitar la propagación del virus. De un día para otro tuvimos que aislarnos, mantener distancia, evitar el contacto físico, ir en contra de lo que somos, nómadas sociables. Se acabaron los grandes conciertos en Budapest.

Nos vemos obligados a disfrutar presentaciones online, la mayoría acústicas. Los álbumes como Gigaton dieron paso a los singles o EP como Matter of Time, más fáciles de producir, con canciones interpretadas y grabadas en pequeños estudios caseros. Los músicos que utilizaban su fama y poder de convocatoria a favor de causas benéficas se dieron cuenta de que ya es imposible pretender salvar al mundo desde un escenario ante 200.000 personas. Optaron, como Eddie Vedder, por alzar la voz desde su casa en Seattle para hacernos ver que hay niños padeciendo de epidermólisis bullosa, una enfermedad congénita no contagiosa, hasta ahora sin cura, que afecta la piel: se agrieta, salen ampollas, desfigura y causa heridas que nunca sanan.

Matter of Time es un EP con dos canciones, «Matter of Time» y «Say Hi», que formaron parte de una presentación online para EB Research Partnership –una fundación de Vedder y su esposa Jill– con la intención de crear conciencia y recaudar fondos para la búsqueda de la cura de la enfermedad. El disco cuenta también con versiones acústicas de «Porch» y «Just Breathe», clásicos de Pearl Jam. Y, si no les interesa Eddie Vedder con su guitarra acústica sin el acompañamiento rítmico de Pearl Jam, háganlo solo para darse el placer de escuchar el estupendo cover de «Growin’ Up», original de Bruce Springsteen.

Así somos los seres humanos. Pronto los científicos van a conseguir la cura de la epidermólisis bullosa, igual que ya lograron la vacuna contra el nuevo coronavirus. No falta mucho para que salgamos del confinamiento y volvamos a nuestros planes de siempre. Seguro vamos a sobrevivir y eso lo vamos a celebrar en cada rincón del mundo. Yo pienso hacerlo en Budapest, viendo Pearl Jam, rodeado de compatriotas.