Cada vez más nos hemos ido acostumbrando a consumir todo previamente masticado, y la música que escuchamos no es la excepción. Cualquiera de las plataformas que vende o distribuye música tiene una recopilación para toda ocasión: para dormir, para estudiar, para hacer deportes, para meditar, hasta para pensar. Las canciones pasaron de ser protagonistas del momento para convertirse en acompañantes, motivadores en el mejor de los casos, y, en los más tristes, en una melodía que se encarga de estorbar lo menos posible mientras hacemos nuestras cosas. Pero hay álbumes que se niegan a que los encasillen, que por algún detalle pueden encajar en cualquier playlist y a la vez en ninguno.

Serpentine Prison es el primer álbum del cantante de The National, Matt Berninger, un tipo con una voz profunda y melancólica que se tomó para él un puñado de canciones que bien podrían encajar en cualquiera de los últimos discos de su banda, se consiguió un excelente productor, juntó a un grupo de talentosos amigos y con ellos armó un bello disco que podría formar parte de una playlist llamada «Música para ser escuchada».

Cuando vas manejando solo en el carro y de repente escuchas salir de los audífonos

“… And the way we talked last night
it felt like a different kind of fight»

quieres terminar de saber qué pasó con esa relación y también qué dicen el resto de las canciones.

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