Apuntes sobre “La casa de negro y blanco” [un capítulo de #GameOfThrones]
por Ángel Alayón
Cuando Arya entra a Braavos —acompañada por Ternesio Terys, el capitán del barco que la transporta— ella dice que no tiene miedo. Esa confesión muestra el punto débil de una joven desamparada. El miedo es una emoción relacionada con la capacidad de anticipar los peligros y una emoción conectada con el instinto de supervivencia.
No se puede llamar valiente a quien no siente miedo, dijo Aristóteles. En Anatomía del miedo: un tratado sobre la valentía, José Antonio Marina lo recuerda: “el impávido, quien no percibe el peligro, es un loco o un insensible. Si ser valiente consistiera en no tener miedo, una piedra podría serlo”.
Arya no es bien recibida en “The house of black and white”. En realidad, ni siquiera es recibida. Pasa la noche y la lluvia aferrada a un mantra de memoria y venganza: los nombres de aquellos a quien ha jurado matar: Cersei. Walden Frey. La Montaña. Meryn Trant. La venganza es también la partera de la historia.
Jaqen H’ghar —ese hombre sin rostro que niega ser quien es— le permite entrar solo luego de que Arya parece haber desistido de su obsesión, no sin antes advertirle que para poder estar allí debe convertirse en “nadie”. En esa exigencia hay una referencia a la capacidad de anticipar peligros y a la astucia como herramientas para sortear situaciones difíciles. Ulises se transformó en Nadie para poder escapar del cíclope Polifemo. Arya ya sabe matar, pero en muchas ocasiones, la espada, sin astucia, es inútil.
*
Daario Naharis le pregunta a Gusano Gris si siente miedo, en medio de la búsqueda del asesino que pertenece a los Hijos de la Arpía. Gusano Gris le dice que los inmaculados no sienten nada. Naharis le responde que justamente ese es su problema: quien no siente miedo ha olvidado cómo esconderse. Acto seguido, Naharis hiere con su puñal a través de una pared falsa al asesino que buscaban y lo capturan. No hay estrategia sin un adecuado manejo de las emociones. Pensar como el otro es también sentir como el otro.
*
Jon Snow fue electo Comandante de la Guardia de la Noche. Rechazó la propuesta de Stannis Baratheon para obtener oficialmente el apellido Stark y convertirse en el Señor de Invernalia. Ahora le tocará comandar en medio de opiniones divididas, conspiraciones y un invierno que se aproxima. No es fácil rechazar lo que siempre se ha aspirado.
Después de la Batalla del Muro, el hijo bastardo de Ned Stark es otro.
*
Dos cazarrecompensas llevan la cabeza de un enano a Cersei. Ella la mira y dice que no es la de su hermano Tyrion. Los guardias proponen encarcelar a los cazadores como castigo, pero Cersei ofrece una lección de teoría de incentivos: ordena que los dejen libres. “No quiero disuadir a los otros cazadores. Se cometerán errores”. Esa frase mide su deseo de venganza, al preferir condenar a todos los enanos de Westeros, una tierra que ahora se llenará de falsos positivos, hasta encontrar y desprender la cabeza de Tyrion.
Cersei tiene el poder de facto y empieza a armar su grupo de consejeros, nombrando a Qyburn como Ministro de Rumores. La designación es sorpresiva. Maester Pycelle advierte que Qyburn no tiene las capacidades que se requieren para el cargo, pero Cersei riposta y justifica su decisión en la lealtad incondicional de Qyburn como la única capacidad que le importa.
Es una tragedia advertida: la incapacidad es una de las madres del desgobierno. La lealtad nunca podrá sustituir a la eficacia en el arte de gobernar.
*
Desde el punto de vista de la economía del crimen, las sanciones tienen valor por su carácter disuasivo. Un delito o un crimen sancionado hace menos probable la ocurrencia de un evento similar en el futuro. Por eso la impunidad es una invitación al crimen.
Daenerys Targaryen se encuentra con opiniones divididas sobre qué debe hacer con el asesino capturado por Daario Naharis y Gusano Gris. Hay un debate interno: Mossador pide que lo ejecuten pero Selmy le recuerda los desmanes de su padre “El rey loco” y su trágico final, y sugiere que le haga un juicio justo para demostrar que es mejor que quienes pretenden derrocarla. Ella acepta el segundo consejo, pero Mossador la desobedece y liquida al asesino. Entonces, Daenerys decide ejecutar públicamente a Mossador. Cuando lo llevan al patíbulo, los antiguos esclavos y el mismo Mossador ruegan por su vida, pero Daenerys le ordena a Naharis que aplique la sentencia. La masa rechaza el hecho de inmediato y atacan con piedras a los Inmaculados.
Daenerys no le ofreció un juicio a Mossador, una decisión que hubiera estado alineada con la filosofía Selmy. No supo leer cuál sería la reacción del pueblo ante su decisión. La crisis de gobernabilidad de la Madre de los Dragones continúa agravándose. Su dragón perdido se le acerca, pero vuelve a desaparecer. La inteligencia viene en camino a Mereen, en Lord Varys y Tyrion Lannister. No es la hora de la fuerza sino de la astucia.
Daenerys Targaryen ha descubierto que gobernar no es fácil y que nadie tiene el poder absoluto. Alguien que te desobedece puede meterte en problemas. Una decisión que se considera justa puede enardecer a todo un pueblo. Aquello que el gobernante cree que es su fortaleza es capaz de abandonarle. Y eso no conviene cuando otros conspiran para derrocar a quien está en el poder.
**
Este artículo fue publicado por primera vez en Prodavinci el 21 de abril de 2015.
***
Ángel Alayón es economista y director de Prodavinci. Puedes seguirlo en Twitter en @angelalayon
Ángel Alayón
ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DEL AUTOR
Suscríbete al boletín
No te pierdas la información más importante de PRODAVINCI en tu buzón de correo